170 años de historia
Alejandro Esquivel Rodríguez
La Notaría Pública No. 8 de Querétaro tiene una historia profundamente arraigada en la ciudad, vinculada a la figura de un destacado profesional del derecho. Nacido en Santiago de Querétaro el 23 de febrero de 1935, el notario en cuestión fue hijo de Román Esquivel Pimentel y María Rodríguez Ordóñez. Desde joven, demostró un compromiso excepcional con su formación y con su familia, lo que lo llevó a compaginar sus estudios y responsabilidades tras la muerte de su padre en 1956.
Tras completar sus estudios en Derecho en la Universidad de Querétaro en 1954 y después de años de preparación, el futuro titular de la Notaría No. 8 inició su carrera profesional bajo la tutela de reconocidos juristas, incluyendo a Alberto Fernández Riveroll, quien lo guio en los primeros pasos de su vida profesional.
En 1960, tras presentar su examen y ante la renuncia de su tío José María, el gobernador Juan C. Gorraéz le otorgó la licencia como titular de la Notaría Pública No. 8. Así, se continuaba con una tradición familiar de servicio notarial y legal que había comenzado en el siglo XIX. Durante su ejercicio profesional, este notario no solo se destacó en sus funciones, sino que también modernizó y optimizó los procesos notariales al ser uno de los primeros en utilizar herramientas tecnológicas, dejando atrás las escrituras hechas a mano.
Además de su labor como notario, participó activamente en el ámbito cívico y empresarial de Querétaro. Fue nombrado notario de varias instituciones bancarias, miembro del Consejo del Banco de Comercio de Querétaro e incluso presidente de la agrupación de notarios de la región, lo que consolidó su influencia y prestigio en el gremio.
Su trayectoria estuvo marcada por un compromiso constante con el progreso y la modernización, tanto de su notaría como de la comunidad jurídica en Querétaro.